Cuando reconocemos en la arquitectura sistemas cerrados -completos en sí mismos – y abiertos -susceptibles de extenderse-los conjuntos rurales de casas patio, especialmente las grandes haciendas del valle central, se inscriben en la segunda categoría, tanto por sus sistemas de orden cuya unidad del patio es replicable, como por los consecutivos replanteos y agregados que los han modelado en el curso de los años.

En su radical horizontalidad, tejidos abiertos y claridad morfológica, estos conjuntos pueden inscribirse también en la categoría del mat building, enunciada por Alison y Peter Smithson al alero del Team Ten, como apuesta por formas de orden más ricas y versátiles que las que ofrecía el urbanismo de grandes bloques. Entender las casas del Huique como Mat Building no es más que asumir su trama de catorce patios como un proceso en marcha, proceso en el cual proponemos inscribirnos.

El escenario rural que nos espera es muy distinto al horizonte originario de las grandes haciendas y sus modos de colonización del espacio, distinto también al escenario de la reforma agraria del siglo pasado con su proliferación de estructuras de pequeño formato. La declaratoria de Monumento Nacional de 1971, la imposibilidad de rescate del conjunto en su totalidad bajo los parámetros actuales y las nuevas dinámicas de producción y poblamiento que afectan al espacio rural nos plantean otros desafíos patrimoniales y territoriales.